Logis Ferme de la Ranconnière Crépon

Demeures et Châteaux La Ferme de la Raçonnière en Normandía le abre sus puertas en Crépon, a 30 minutos de Caen y 20 minutos de Bayeux. Esta finca del siglo XV, situada no lejos de las históricas playas del desembarco del Día D, seducirá a los aficionados a la historia y a los amantes de la naturaleza. En un entorno auténtico, donde cada piedra cuenta una historia, las familias y las parejas podrán disfrutar de una escapada atemporal. Una armoniosa mezcla de naturaleza e historia. A sólo 5 km, el aire marino cargado de yodo susurra historias de Gold Beach. Este nombre, dado por los aliados, hace referencia a esta vasta extensión de Normandía, principal testigo de un punto de inflexión decisivo. Miles de valientes soldados pisaron sus arenas en nombre de la libertad el 6 de junio de 1944.
A continuación, un sendero dedicado conduce al memorial británico de Ver-sur-Mer, encaramado en las alturas del Monte Fleury. Este reverente santuario conmemora el heroísmo de los soldados de la Commonwealth caídos por Francia. A 10 km, el Museo del Desembarco de Arromanches revela las proezas técnicas y humanas del puerto artificial. Continúe su viaje por el recuerdo en el Cementerio de Guerra Británico de Bayeux, última morada de 4.000 soldados. Su homólogo estadounidense, en Colleville-sur-Mer, es también el guardián silencioso de las almas de Omaha Beach.
Además, la casa goza de una ubicación céntrica para explorar Honfleur, Deauville, Caen y Mont-Saint-Michel.
En el corazón del paisaje normando, las raíces históricas de la finca se encuentran en el tejido mismo del siglo XVI. Inicialmente llamada Manoir de Biéville, en honor de la familia fundadora, esta joya arquitectónica soportó los tumultos de la Guerra de los Cien Años. La guerra enfrentó a la Corona de Inglaterra con el Reino de Francia.
Posteriormente, bajo la égida de la familia Chastel en el siglo XVII, casi todos los edificios fueron demolidos, a excepción de la torre. Fue más tarde, en 1710, cuando la finca adoptó definitivamente su nombre actual, gracias a la hija del señor de Biéville. A lo largo de los años, la finca cambió de manos, llegando incluso a ser el hogar de las "Siervas de Jesús conocidas como las Hermanas Hospitalarias de San Luis" de Caen.
En 1944, la granja volvió a encontrarse en medio de la agitación de la guerra. Sirvió de base aérea para el ejército alemán y fue liberada en junio de ese año. Sin embargo, fue en 1967 cuando su destino dio un giro sin precedentes. Tras un giro fortuito de los acontecimientos en el que se vieron implicados turistas belgas, se transformó en una casa de huéspedes. Hoy, esta joya del patrimonio es un hotel con encanto enclavado en el corazón de la Normandía histórica. Su porche, sus fachadas y su tejado están inscritos en el inventario suplementario de edificios históricos.

Gracias a una importante renovación, las 40 habitaciones y suites se distinguen por su carácter, su ambiente y sus rasgos distintivos. El diseño interior combina armoniosamente la arquitectura histórica de la finca con piezas de manufactura francesa.
Es imposible no dejarse seducir por la discreta elegancia de este lugar. El ambiente cálido resalta la belleza bruta de las viejas piedras y vigas. La mirada queda cautivada por la delicadeza de los sillones contemporáneos, los tejidos sedosos y la ornamentación dorada del mobiliario. Cada habitación relata un fragmento de la historia, desde la antigua panadería, pasando por el dormitorio del señor, hasta los establos de antaño.
En el exterior, la finca está adornada con jardines de flores, cuidados meticulosamente por un jardinero de indiscutible talento. Contemplación y serenidad para desconectar de la vida cotidiana. Además, el encantador aroma de las rosas, combinado con la brisa marina, reavivará sus sentidos y le tranquilizará. En medio de este bucólico entorno, una encantadora minigranja alberga tres conejos y tres gallinas, para deleite de los niños. No muy lejos, una zona de juegos inspirada en la época medieval les espera también para jugar a caballeros y princesas.
En cuanto al chef, rinde un hermoso homenaje a la riqueza de Normandía. Sus sabrosos menús ponen de relieve los productos locales. Además, los domingos de cada mes se ofrece un brunch gastronómico. Un placer para el paladar.

En la carretera que conduce a Arromanches y en las proximidades de las playas del Desembarco...